El cambio de horario y el sueño de tus hijos. Todo lo que tienes que saber
Una de las preguntas cuando se acerca la primavera o el otoño es si el cambio de horario afectará al sueño de tus hijos.
Un problema muy temido por los padres, especialmente por aquellos a cuyos hijos les cuesta dormir. Si eres uno de esos padres, éste es tu post.
¿Afecta el cambio de horario al sueño infantil?
La respuesta es sí. Sí puede afectar, pero la medida en la que esto sucede depende de muchos factores. De hecho, los expertos aseguran que el peor cambio de los dos que sufrimos a lo largo del año es el cambio de hora de verano. Es decir, el cambio en el que nos restan una hora de sueño con el fin de alargar las horas de luz.
En este cambio las consecuencias son más acusadas tanto en los adultos como en los niños. La diferencia es que los primeros somos capaces de regularnos de manera consciente, mientras que los pequeños se tienen que adaptar sin tener esa conciencia o esa información. Por eso se torna esencial tomar una serie de precauciones con cierta antelación. Las repasamos.
Qué hacer para garantizar el descanso infantil pese al cambio de hora
Los efectos de este cambio pueden ser desde unas alteraciones en el sueño a la irritabilidad aparejada a la falta de ese descanso. Para evitar que esto suceda, es muy importante comenzar a adaptarse al nuevo horario unos días antes.
Adelantar la hora de despertarse durante los días previos unos 15 o 20 minutos cada día hará que el cuerpo se vaya adaptando al propio cambio. Es decir, tendrás que despertar a tus hijos tanto de la siesta como del sueño nocturno ese tiempo antes durante los días previos hasta ganar esa hora.
Para que esto funcione, habrá que hacerlo al menos unos cuatro días antes, dependiendo del periodo de tiempo del adelanto del despertar. Claro está, tendrás que tener en cuenta que esta precaución afectará a todo lo que está relacionado con el sueño infantil o con su descanso, como el baño o la cena. También tendrán que ser adelantados.
Actuar con antelación ayudará a prevenir las consecuencias del cambio de hora: irritabilidad, sobreexcitación, pérdida de sueño y pérdida de apetito.
Si llegas tarde a este post y no te ha dado tiempo a hacer la adaptación previa, la mejor forma para paliar los efectos post cambio es hacer justo lo contrario: acostar a los niños más tarde de lo habitual. Esos 15 o 20 minutos serán suficientes para que, agotados, no acusen la modificación horaria. Puedes hacer esto de manera gradual durante una semana y verás como poco a poco la hora del despertar entra en los límites de tu normalidad.
El cambio horario no es una broma cuando del descanso infantil se trata, pero tampoco tiene por qué convertirse en pesadilla.
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